miércoles, 29 de agosto de 2012

Huellas en el camino

Soñé que estaba caminando por la
playa y a través del cielo, pasaban
escenas de mi vida. Por cada escena
que pasaba percibí que quedaban
dos pares de huellas en la arena
también noté que muchos veces
había un sólo par de huellas, eso
sucedió en los momentos más difíciles
y angustiosos de mi vida.
- Tu me dijiste Señor que cuando
decidiera seguirte andarías siempre
conmigo, todo el camino ¿ Por qué,
entonces, durante los peores momentos
había en la arena tan sólo
un par de huellas?
El Señor respondió: - Yo te amo y
jamás te dejaría en momentos de
dolor. Cuando viste en la arena sólo
un par de pisadas, te cargaba en mis
brazos... a vos y a tu dolor!

viernes, 24 de agosto de 2012

. . .

¿Cómo describir el sentimiento que hoy me invade? ¿Cómo explicarte está profunda tristeza que  ensombrece mi mirada, que atormenta mis días y que no me deja ver más allá? Hoy mis ojos estás repletos de lágrimas que salen por doquier tratando de desahogar todo este sentimiento que es imposible de explicar con palabra, indescriptible. Porque ni yo misma me entiendo, no se que es lo que ocurre,  como empezó o como salir de este pozo que día a día se vuelve más profundo y oscuro. Problemas que creía insignificante hoy se vuelve terrible, sin ninguna posible solución. Basta! estoy cansada de las responsabilidades, obligaciones y/o compromisos. Estoy cansada de escuchar que todo es mi culpa, que soy la responsable de todo. Rutina! es la peor palabra que puede existir es la que hace trabajar mi cabeza para mal, en lugar de buscar nuevos proyecto y metas me enfoco en ese maldito quehacer diario que me esta matando en vida. Ojala supiera como deshacerme de todo esto!

sábado, 11 de agosto de 2012

Si Dios fuera Mujer

¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
Vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos si con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrado,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.

Mario Benedetti.