lunes, 16 de mayo de 2011

Tristeza...

La vida te da muchos golpes ay que aprender a emfrentarlos...

Ella era tan feliz. Tenía sueños para alcanzar, metas por cumplir, una familia unida, un trabajo estable, una carrera por completar y un amor que conquistar...

Pero de repente todo empezó a decaer, aquella serie de hechos que le ocurrieron sin dejarla pensar, la destrozaron, lloro hasta que ya no le quedaban fuerzas para seguir, ni lagrimas para derramar.

Era un día cálido, soleado y hermoso pero ese calor no llegaba a su cuerpo, ese sol no iluminaba su día, ni su vida y esa belleza era invisible para sus ojos, nada de ello le pertenecía. No veía razón para vivir, para levantarse, para seguir adelante. Ya había caído demasiadas veces como para intentarlo de nuevo, tantas humillaciones había tenido que soportar, odiaba recordar eso, no podría soportarlo de nuevo.

Todo era oscuridad, frío, soledad y un profundo dolor en el pecho como se le fuera a salir de ahí adentro. Solo quería cerrar los ojos y dormir infinitamente. Sus amigos y familia le pedían que siga adelante. Pero ellos no entendían verdaderamente que estaba pasando, claro que no, ni ella misma era capaz de entenderlo ni soportarlo. Cerraba sus ojos y se hamacaba lentamente de un lado para al otro sentada en su cama ¿Por qué le estaba pasando esto? ¿Qué había hecho tan mal como para merecer tantas desgracias juntas? Solo quería no pensar y dormir, no tenía fuerzas para nada mas, ni ánimos y sabía perfectamente que al comenzar un nuevo día, al abrir los ojos y levantarse tendría que enfrentar nuevos obstáculos. Entonces ¿Por qué no a ella? Sabia con seguridad que Dios no le podría a su espalda más peso del que pueda cargar, solo necesitaba voluntad

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